lunes, 23 de febrero de 2009

Frank, nunca fumarás solo...


De los tres holandeses que triunfaron con la selección naranja en la Eurocopa de 1988 y en el gran Milan de Arrigo Sacchi - Ruud Güllit, Van Basten y Rijkaard- , el ex-entrenador del Barcelona quizá fue el que menos brilló. Sin embargo era el más técnico. Van Basten era un puro 9 y Ruud era la fuerza y la potencia. Frank era más estilista y equilibrado en su juego, pero paradójicamente nunca sobresalió a la altura de los otros. Quizá también por acciones como la que protagonizó en el mundial de Italia cuando escupuió a Rudy Vöeller. Esa paradoja se dio tambien como entrenador. Tras dejar el Barcelona quedó la impresión de que podía haber hecho mucho más con un grupo tan virtuoso con los Ronaldinho, Deco, etc... Aunque ganó dos ligas y una champions, la falta de títulos en las dos temporadas siguientes terminó con su etapa como técnico en Can Barça. ¿Fue la falta de hambre de victoria lo que acabó con una etapa tan gloriosa? Antes de llegar a Barcelona solo había manejado al modesto Sparta de Rotterdam. Curioso.




Con 17 años, Franklin Edmundo Rijkaard había debutado en el Ajax de la mano de un Johan Cruyff que era entonces director deportivo del club holandés y que bajó de la grada al banquillo para dar la orden de hacerle salir al campo. Ya su estreno como jugador profesional fue extraño. Tras sus desavenencias con Cruyff terminó escapando del Ajax y emigró a Lisboa, pero acabó fichando por el Real Zaragoza, en el que prácticamente ni se le vio, ya que el Milan fue a por él y lo incorporó a su magífico plantel. Gullit, Van Basten, Rijkaard, Anceotti, Baresi, Massaro, Tassoti... Los Rossoneros consiguieron dos ligas y dos Copas de Europa. Una en el 89, frente al Steaua y otra en el 90 ante el Benfica con gol de Frank, quizá el más notorio de su carrera. Luego volvería al Ajax y en 1995 ganó otra Champions.




¿Pero por qué un talento tan grande nunca acabó de explotar? Quizá esa personalidad tan ajena a la presión o su "pasotismo" ante el entorno tuvieron algo que ver. Sin embargo es cierto que el paternalismo con sus jugadores creó escuela y un vestuario muy fuerte que terminó por descomponerse. A pesar de las dudas nos quedamos con la elegancia de su fútbol y su saber estar dentro y fuera del campo. Todo un señor. Frank, nunca fumarás solo.