miércoles, 15 de agosto de 2012

Los Magiares Mágicos

Todos hablan de la Naranja Mecánica de Cruff, de la máquina alemana de Beckembauer, de la Brasil del 70 con Pelé, de la Argentina de Maradona, de la Uruguay del Maracanazo, incluso de la Italia de Vittorio Pozzo. Pero durante gran parte de los años 50, un equipo asombró al mundo. Czibor, Kocsis, Hidegkuti y, sobre todos, Ferenc Puskas. Eran la columna vertebral de la selección húngara que, en un amistoso de 1953 frente a Inglaterra en Wembley, le endosó un 6-3 que fue calificado como el verdadero "Partido del Siglo". Luego le haría un 7-1 en Budapest.  http://www.futbolistadigital.com/tag/magiares-magicos/.

Formación húngara. Foto:futbolistadigital.com
"Fútbol socialista" llamaba Gustav Sebes, su seleccionador, a esa máquina en la que todos defendían y atacaban. Puskas defendía que ellos fueron los precursores del fútbol total que en el 58 le dio a Brasil su primer Mundial. Hungría ya había perdido la final del 38 ante Italia en el estadio Colombes de París y venía de ganar el oro en los Juegos del 52 en la final ante Yugoslavia. El Mundial del 54, sin embargo, fue el zenit y a la vez el punto de inflexión de aquella constelación de estrellas, la mayoría provinentes del potente Honved húngaro. En cuartos se produjo la "Batalla de Berna"; un partido que acabó con victoria húngara ante Brasil por 4-2 y una trifulca en vestuarios que acabó con tres expulsados. En semis dejaron fuera a la invicta Uruguay. Y en Basilea, la final ante Alemania, un equipo duro, capaz de resurgir de sus cenizas tras la Segunda Guerra Mundial y de infligir el ánimo necesario a la población para obrar el "Gran Milagro".

Con Fritz Walter (el líder de aquella Alemania) y Essen (autor del  que les dio la Copa). Se dice que Puskas nunca debió jugar porque estaba lesionado. O que los tacos de los magiares no eran los adecuados en el terreno embarrado de Berna que sirvió al dueño de Adidas para estrenar su calzado con los alemanes, que vieron sus capacidades mejoradas. 

Fue el principio del fin de los "magiares magníficos", en el 56 no defendió título olímpico y en el 58 cayeron en fase de grupos. El equipo se disgregó, Puskas fichó por el Madrid, Czibor y Kocsis por el Barça. Se negaron a acudir a su país tras la Revuelta de Budapest y la vuelta posterior al régimen soviético. Hungría nunca volvió a brillar en el panorama internacional. Sólo Florian Albert en los sesenta haría llegar a su equipo a cuartos en la Eurocopa. Fue tercera. Y en el 72 a las semifinales frente a la URSS. Hoy sólo queda el recuerdo distante de aquel cuadro.

Una reseña de Fifa.com http://es.fifa.com/mensolympic/news/newsid=1674423/index.html


 Mundial 54. Los Magiares Mágicos



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